“Los colores son estímulos poderosos que nos producen sensaciones de las cuales muchas veces no somos conscientes, pero que nos afectan de una u otra manera.”
El mundo que nos rodea está repleto de colores, de numerosas tonalidades e intensidades: brillantes, tenues, mates, vívidos, oscuros… Todos ellos son estímulos poderosos para nuestra vista, que es el sentido que más utiliza el ser humano para desenvolverse en su día a día.
¿Qué es en realidad un color?
Un color solo existe en presencia de luz, ya que son los rayos luminosos los que provocan la sensación de color en nuestro cerebro.
Un rayo de luz está compuesto por ondas electromagnéticas de diferente longitud que chocan contra los objetos que iluminan. Dichos objetos absorben algunas de las ondas y reflejan las restantes. Cada conjunto de ondas restantes que refleja un objeto es captado por nuestro ojo, quien envía la información al cerebro. Dependiendo de la longitud de estas ondas, el cerebro interpreta un color u otro.
Por lo tanto, el color es una sensación que producen los rayos luminosos en nuestros ojos, la cual es percibida e interpretada por nuestro cerebro.
En esencia, podemos concluir que el color está en la luz o, dicho de otra manera, la luz es el color. Por tanto los objetos que nos rodean no poseen por sí mismos un color, dependen de la luz; sin luz todo es negro.
¿Qué clases de colores existen?
Como ya hemos comentado, los colores que nuestro cerebro percibe dependen de la longitud de las ondas lumínicas que capta nuestro ojo.
La retina del ojo humano está compuesta por dos tipos de células (conos y bastones), organizadas en grupos de tres. Cada célula del grupo es sensible a una longitud de onda o color del espectro lumínico, es decir, que capta solo una longitud de onda o color: el azul, el rojo o el verde.
Cuando vemos, por ejemplo, un objeto azul, es porque dicho objeto absorbe todas las longitudes de onda del rayo de luz y refleja una única longitud de onda concreta, la que estimula la célula de nuestro ojo sensible al azul.
Es por esta razón que se considera a estos tres colores (rojo, azul y verde), colores primaros de la luz.
Los colores secundarios serían aquellos que resultan de la estimulación simultánea de dos células al mismo tiempo. Un ejemplo de color secundario es el amarillo, que resulta de la estimulación al mismo tiempo de la célula sensible al rojo y la célula sensible al verde.
En la imagen se pueden observar los tres colores primarios y su combinación para formar los colores secundarios. A partir de aquí, se pueden dar infinidad de combinaciones más (primarios con secundarios, secundarios entre sí, etc.) que darían lugar a toda la variedad de colores existente (colores terciarios y cuaternarios).
Los únicos dos colores que no se incluyen en la clasificación son el blanco y el negro. Esto es así porque los objetos que vemos blancos son aquellos que no absorben ninguna onda lumínica. Cuando la luz choca contra estos objetos y rebota, refleja de nuevo por completo todas las longitudes de onda por la cual está formada. La estimulación de todas las células del ojo por igual y al mismo tiempo, es percibido como color blanco. Por su parte, el negro representa la ausencia de color. Contrariamente al blanco, un objeto que vemos negro es aquel que absorbe todas las longitudes de onda de la luz y, por tanto, no refleja ninguna. Como las células de nuestro ojo no captan ninguna longitud de onda el objeto es percibido de color negro (ausencia de luz).
Significado de los colores ¿Existen?
Ya hemos descrito anteriormente que los colores son sensaciones captadas por nuestro órgano visual e interpretadas por el cerebro. Cuando cualquier estímulo externo es captado por nuestros sentidos y esa información llega al cerebro, se produce lo que llamamos percepción. La percepción de un estímulo no es solamente su identificación, sino que va mucho más allá. Se trata de interpretar ese estímulo a partir de todo lo que sabemos sobre él, de nuestras experiencias y de las sensaciones que nos produce.
Si tenemos en cuenta que el sentido de la vista es el más utilizado por el ser humano, podemos deducir que los colores son estímulos poderosos y que, por tanto, nos producen sensaciones de las cuales muchas veces no somos conscientes, pero que nos afectan de una u otra manera.
Desde hace años se han hecho todo tipo de pruebas para analizar las sensaciones que sugieren los colores. Desde mediados de los años 40, existen estudios psicológicos que demuestran de forma concluyente que los colores afectan el ánimo de una persona.
La mayor parte de los significados que nos sugieren los colores vienen definidos por nuestra conexión con la naturaleza, como por ejemplo el azul claro lo identificamos con el cielo en calma y eso nos produce tranquilidad, o el amarillo con la luz del sol, que nos da energía, y por tanto nos activa.
Si bien éstos serían significados comunes para todos, es cierto que la cultura, la sociedad y las propias vivencias personales de cada uno modifican la percepción del significado de los colores. Por este motivo el significado común de los colores es aplicable si nos dirigimos a un grupo de gente en general, pues la probabilidad de producir un significado similar es alta. Sin embargo, si queremos concretar el impacto que tendrá un color en el estado anímico de un individuo en particular, debemos informarnos sobre sus experiencias y percepciones previas con ese color.
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